Esta noche de 31 suele ser propicia para reflexiones y propositos, que siempre me han parecido algo vaporosos. La reflexión, cuando es sincera, no hace buenas migas con el exhibicionismo, y algo parecido pasa con los propositos personales, que cuando se exponen en público se vuelven voluntaristas. Por eso prefiero guardar el último post del año para repasar los mejores libros que he leido este año, que han sido unos cuantos.
Empecé el año, tras conocer Lima, con una selección de escritores peruanos, anticipo del Nobel de literatura de 2010. Además de redescubrir al buen Vargas Llosa en sus «Conversaciones en la Catedral», volvi a Ribeyro (cuyo tomo de cuentos completos de Alfaguara tuvé una vez y perdí con gran dolor de mi corazón), me reconcilié con Bryce Echenique en «Un Mundo para Julius», disfruté de Ricardo Palma Soriano y sus «Tradiciones», a caballo entre postales constumbristas y novelas ejemplares, y descubrí a un par de prometedores Neyra y Alarcón, un diplomático con alma de escritor y un peruano que escribe relatos cortos en inglés. De ese viaje también me traje una gran recomendación, Junot Díaz y su extraordinario «The Brief Wondrous Life of Oscar Wao».

Sin salir de Perú, en octubre no pude resistirme a la moda del Nobel, me regalé el extraordinario «La guerra del fin del mundo» y me deje llevar por la emoción para equivocarme con «El sueño del Celta», nobody is perfect.

De Montevideo me trajé «Montevideanos», que me dejó con ganas de Benedetti. En Df y Caracas no tuve mucha suerte… con los libros y en DC lei «Game Change», un entretenido ejemplo de un género desconocido por estas tierras, el cotilleo electoral.

Wallace Stegner es probablemente mi descubrimiento del año, «Angulo de Reposo» pero sobre todo «En lugar seguro», me han devuelto la afición por la literatura norteamericana de la primera mitad del siglo XX, (cada vez tengo más claro que esa vitalidad explica en gran medida que el siglo XX haya sido el siglo de los USA)

Este año he vuelto a la literatura con minúscula (he vuelto también al entretenimiento en las series, la 6 y 7 temporada de 24 y la 3 y 4 de Alias dan buena fe de ello)… y la verdad es que lo agradezco, «El asedio» de Pérez-Reverte me entretuvo, aunque esperaba un poco más, y «Entre costuras» me descansó, esperaba un poco menos. «Los tres mosqueteros» sí respondió a las expectativas. También me asome a Simenon con» Pietr el Letón» (animado por la afición de grandes escritores como Pla y Pedro Antonio Urbina) y es realmente entretenido.

Entre los clásicos los atinados consejos de Azorín en «El político», un misterioso Cunqueiro en «Las mocedades de Ulises» y la magistral «Crimen y Castigo».

Ensayo no he leido mucho, me interesó el Lipovetsky de la hipermodernidad y me encantó «De las armas y las letras» de Trapiello.

Para 2011 tengo entre ceja y ceja la autobiografía de Mark Twain, me gustaría ponerme al día con los relatos de Jiménez Lozano, «El azul sobrante» y «Un pintor de Alejandría» que nunca decepciona y creo que no podré resistirme a los gatos de Eduardo Mendoza, aunque lo último que leí «Mauricio o las elecciones primarias» no es de lo mejor que ha escrito.Se aceptan consejos.

PS. Se me olvidaba «Los últimos días del Musa Dah» de Frank Werfel, duro, durísimo pero muy clarificador sobre el exterminio armenio por parte de los turcos, literariamente magnífico.