El País recibía con emoción el discurso de Debora Serracchiani como la nueva Obama de la izquierda italiana, destacando la buena acogida que su discurso ha tenido en la red:

Tras escucharlo con atención, destacando la cercanía, ciertas bromas, el ritmo, y algunas frases bien articuladas, me gustaría destacar aquello de lo que muchos deberíamos aprender, las ideas:


– La lejanía entre las bases y los dirigentes. La falta de democracia interna y de participación de la gente del partido.
– el personalismo que impide hablar en nombre del grupo, del partido y hace que empiezen todas las frases con «YO»
– La falta de consenso, la necesidad de cada grupo de reivindicarse dentro del grupo, que hace que el Partido sea una unión de grupos y no un verdadero partido.
– La necesidad de una comunicación única, de hablar con una sola voz, y de evitar que los disidentes tengan más voz que la propia del partido.
-Lo ridículo de echarle la culpa a los medios de los problemas de comunicación del partido.
– El grave error de dejarse «robar» la cartera por un partido con el que coincide en determinadas ideas, el partido de Dipietro, sin dejar claras las verdaderas diferencias, entregandole en bandeja la credibilidad.
Interesante